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miércoles, 1 de enero de 2014

18ª Etapa - (6 de Agosto de 2011) EL BURGO RANERO-PUENTE DE VILLARENTE, 25,3 Km.


-Etapa-


Hoy, a las 6.00 h, cuando salimos del Burgo Ranero, no sabemos a ciencia cierta en qué localidad acabaremos hoy. Dudamos entre tres opciones, la corta, que implica llegar a Mansilla de las Mulas (19 km),  Puente de Villarente (25 km)- que es la que finalmente haremos- o la larga, llegar a León ( 37 km).
A la salida de El Burgo Ranero nos encontramos con la laguna de la Manzana, donde ayer por la tarde fuimos a ver la puesta de sol.

-Laguna de la Manzana en el Burgo Ranero-
Retomamos la pista arbolada del Real Camino Francés por un paisaje calcado al de ayer: impresionantes llanuras cultivadas, de escasas ondulaciones y casi deforestadas, también es cierto que, al estar amaneciendo cuando transitamos estos parajes, apenas se aprecian.
A dos kilómetros y medio de El Burgo Ranero pasamos un área de descanso situado a la vera del arroyo del Valle de la Granja (Km 2,5) y dos kilómetros más adelante, en una ligera vaguada, fluye otro arroyo: el de Valdasneros (Km 4,5).
En media hora larga de monotonía dejamos a mano izquierda una pista y escuela de ultraligeros   (Km 7) y un kilómetro más adelante el desvío a Villamarco (Km 8). La ley de la línea recta nos ofrece un respiro cuando la pista dibuja una curva y salva por debajo las vías del tren (Km 10,6). En la vaguada posterior pasamos el arroyo de Valdearcos y tras superar un leve repecho nos dejamos caer hasta la población de Reliegos, agazapada hasta el último momento.(Km 13 ).


-Entrada a Reliegos-


 En la misma entrada hay unas bodegas tradicionales en ladrillo y adobe, usadas para conservar el vino pero fundamentalmente como lugar de encuentro.

-Bodegas en ladrillo en Reliegos-

 Atravesamos Reliegos de punta a punta, olfateando la pista arbolada por la calle Real, donde impactó un meteorito en 1947. También dejamos atrás uno de los bares más peculiares del Camino, el Bar Elvis, decorado por los propios peregrinos sobre paredes pintadas de azul turquesa que, en plena Castilla, no pasan desapercibidas. Desafortunadamente nosotros lo encontramos cerrado.
No obstante, nos tomamos un cafe calentito en otro bar de la localidad, también acogedor.

http://www.templete.org/2013/06/el-bar-de-elvis-en-reliegos-famoso-en.html

http://www.elmundo.es/accesible/elmundo/2010/06/10/castillayleon/1276163633.html

-Bar Elvis en Reliegos-
Dejamos el frontón a un lado para sumergirnos junto a los falsos plátanos en las llanuras de cereal, decoradas por estructuras gigantes de riego por aspersión.
Casi cuatro kilómetros después de Reliegos, tras pasar bajo las torres de línea eléctrica, hay un área de descanso al borde de la pista arbolada (Km 16,7). Damos el adiós definitivo a la pista artificial, salvamos la N-601 por un viaducto y sorteamos un canal de riego para entrar en Mansilla de las Mulas ( Km 19).
Descubrimos la antigua ciudad amurallada al traspasar la puerta del Castillo, en cal y canto rodado.

-Puerta del Castillo. Mansilla de las Mulas-

En la calle Santa María asoma la torre de la iglesia y siguiendo la senda del Camino damos con el Albergue Municipal. Nos planteamos parar y finalizar la Etapa ya que el pueblo es relativamente grande y ofrece bastantes servicios. De hecho nos sentamos en la terraza de un bar cerca de la plaza del Ayuntamiento, compramos un periódico y tomamos una cañita fresquita.
 

-Plaza del Ayuntamiento. Mansilla de las Mulas-


Como son las 10.30 h, nos ponemos de acuerdo y consensuamos seguir avanzando para parar más adelante ya que es demasiado pronto para acabar nuestra caminata del día. Seguimos sin saber dónde pararemos a dormir, pero intuímos que será en Puente de Villarente, donde nos han dicho que hay un Albergue Privado muy acogedor.
El Camino atraviesa Mansilla y conduce hasta el puente sobre el Esla. Nada más cruzar el puente hay que tomar un camino que nace a la izquierda y que avanza paralelo a la N-601, junto a las acequias, los campos de maíz y alguna que otra acacia. Así, llegamos en una hora a Villamoros de Mansilla. ( Km 23,5 ). 


-Villamoros de Mansilla-


A la entrada dejamos la protección del camino para tomar el arcén de la N-601. Los dos kilómetros que siguen hasta Puente Villarente se nos hacen interminables, ya no por el cansancio propio al andar 25 kilómetros sino porque andamos por el arcén de la carretera nacional y está muy transitada.
Se añoran las etapas por las que vamos por montaña, alejados de carreteras incluso alejados de la civilización.
Pasamos lo más rápido posible Villamoros por la carretera y de nuevo, por la senda paralela, llegamos hasta Puente Villarente (Km 25,3), donde cruzamos el río Porma junto al puente de origen medieval. El momento de cruzar el puente es bastante peligroso ya que es muy estrecho y los coches nos rozan. Atravesamos Puente Villarente siguiendo el trazado de la N-601, que parte en dos esta localidad y localizamos el Albergue Privado San Pelayo que tenemos reservado. 


-Puente de Villarente-
El Albergue es lo que más nos impresiona y nos gusta del día de hoy ya que parece una casa rural en lugar de un albergue, es de madera, muy acogedor. Sin duda, es de los mejores que nos hemos encontrado a lo largo de nuestra aventura.

http://www.alberguesanpelayo.com/


-Vista exterior del Albergue. Puente Villarente-


-Recepción del Albergue-
Una vez instalados en el Albergue nuestro grupo de 5, con grata sorpresa, vemos que nuestros amigos italianos se hospedan también en el mismo que nosotros con lo que sabemos que vamos a tener risas aseguradas. Hoy el grupo se ha fraccionado entre algunos que han seguido hasta León de un tirón como Laura, Yol y Gianluca y otros que se han quedado en Mansilla como Antonio, Alfonso y otros.
A la hora de comer buscamos un Restaurante en el que ofrecen Menú del Peregrino y damos buena cuenta de ello. Tras la comida, siesta y Sandra y yo nos dirigimos al río Porma, bajo el puente. Sandra pone los pies en remojo en un agua congelada.
-Puente de Villarente-
-Sandra en el río Porma. Puente de Villarente-

Por la tarde, nos ponemos de acuerdo con nuestros amigos italianos, ellos compran material necesario para cocinar pasta y nosotros compramos vino, sesina y una empanada leonesa muy buena. Massi prepra la pasta y entre todos colaboramos para poner y sacar la mesa. Tenemos una cena muy divertida y amena. También está en el Albergue y comparte mesa con nosotros Francesca, peregrina italiana que va sola pero con la que vamos coincidendo en las diferentes localidades en las que paramos.
 
-Cena en el Albergue-
-Cena en el Albergue-
-Enrico y Sandra-
Tras la cena, la mayor parte del grupo, todos menos Francesca, Sandra y yo, como el Albergue cierra a las 22.00 h, tienen ganas de tomar algo y se escapan por la ventana, momento que inmortalizamos con nuestras fotografías.

-Alberto saltando por la ventana-

-Massi huyendo-

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