-Etapa- |
Hemos dormido sin sobresaltos, sin ronquidos, y nos despertamos a las 5:45 h, de los primeros, junto a unos extranjeros con pinta de jubilados. Nos hemos tomado un cafe con leche en el mismo albergue.
Salimos a caminar a las 6.25 h solos, si bien al poco tiempo, encontramos a Begoña y a David, con los que iremos gran parte de la Etapa.
Bajamos la cuesta del albergue, despedimos Puente la Reina por Zubiurrutia, el barrio de las monjas donde existe un convento de las Comendadoras del Espíritu Santo. Seguimos durante un par de kilómetros el curso del río Arga por su margen derecha y nos vamos alejando de su cauce para virar provisionalmente hacia el noroeste. El cambio de dirección conlleva afrontar una dura cuesta bajo una mancha de pinar repoblado que muere junto a la A-12, la autovía del Camino. Entramos en la comarca de Val de Mañeru y llegamos al pueblo que da nombre al valle, Mañeru (Km 5,2).
Pueblo de vino, Mañeru se atraviesa por su parte más sureña (calle de la Esperanza y plaza de los Fueros) y se abandona por la calle Forzosa. Son las 7.22 h, llevamos buen ritmo.
-Mañeru- |
A la salida vemos aparecer en el horizonte una de las postales del Camino. Lo tiene todo: una senda rodeada de cereal y viñedos y transitada por peregrinos que avanza hacia un pueblo de traza medieval situado sobre una colina. La localidad en cuestión es Cirauqui y para llegar hasta el centro hay que sudar de lo lindo por su entramado de calles empinadas. (Km 7,8). Son las 8.00 h. Aflojamos un poco el ritmo para disfrutar del pueblo y nos hacemos unas fotos.
-Cirauqui- |
-Cirauqui- |
-Sandra, yo y David en Cirauqui- |
Penetramos en el Ayuntamiento por uno de sus arcos, donde suelen dejar un sello para marcar la credencial. Como no encontramos ningún bar abierto, seguimos hacia el siguiente pueblo.
-Sellando en Cirauqui- |
Descendemos hasta las afueras del pueblo para pisar un retazo del pasado. Se trata de un tramo de calzada romana y un puente de la misma época, transformado en el siglo XVIII, que cruza las aguas de la regata de Iguste. Hay que ir con mucho cuidado porque es muy fácil caer o doblarse un tobillo.
-Descendiendo la calzada romana- |
La jornada continúa por pista o sobre restos intermitentes de calzada y un puente de un solo arco sobre la regata Dorrondoa (Km 9,4). Dos kilómetros más adelante nos presentamos en una carretera local, pasamos bajo el viaducto del canal de Alloz, construido en 1939, y acabamos en la orilla del río Salado. (Km 12,1).
Se salvan las aguas, por el puente medieval de arcos ojivales y afrontamos un exigente kilómetro hasta Lorca, localidad del valle de Yerri (Km 13,3), un perro no ha dejado de ladrarme, sin duda, ha notado el pavor que les tengo. Llegamos a Lorca a las 9 h, tras dos horas y media de caminata, y hemos parado a reponer fuerzas en un bar de la calle Mayor, que cruza el pueblo de punta a punta.
-Lorca- |
Siempre por pistas de concentración llegamos hasta un paso subterráneo bajo la autovía, en ese momento nos ha alcanzado Alfred, y desembocamos en Villatuerta. Son las urbanizaciones de nueva construcción las que dibujan la dirección a seguir hasta el puente románico del río Iranzu, que divide esta parte más nueva con el núcleo más histórico (Km 17,8). Hemos tardado una hora desde Lorca, son las 10.20 h., vamos a un poco más de 4 km por hora.
-Juanjo y David en la entrada a Villatuerta. |
Por la rúa Nueva, junto a la casa consistorial, subimos hasta la plaza donde se encuentra la iglesia gótica de la Anunciación, con porte de catedral.
Iglesia de la Anunciación. -Villatuerta- |
Por la calle Camino de Estella proseguimos la andada hacia la silueta de la ermita de San Miguel. Ésta se deja a mano izquierda y se desciende hasta un merendero al pie de la NA-132. Salvamos la carretera por un paso subterráneo y bajamos por una senda hasta un puente moderno y abombado sobre el Ega (Km 19,5). Hay un momento en el que dudamos de si vamos correctamente ya que vemos pocas señales. El curso de este río nos llevará hasta las puertas y el origen de Estella, la rúa Curtidores que da paso a la Rúa, donde se encuentra el hospital de peregrinos (Km 22).
Hemos llegado los segundos, a las 11.30 h. Como el Albergue no lo abren hasta las 12.30 h, nos hemos acercado a un bar cercano a buscar unas cervecitas que tomamos en la misma puerta del Albergue. Echamos unas risas mientras pasa un camión de limpieza del Ayuntamiento que refresca el ambiente.
-Albergue de Estella- |
-Albergue de Estella- |
Como nos hemos tomado unas cervecitas, estamos animados.
El Albergue presenta buen aspecto, nos ha atendido un hospitalero muy simpático, Paco. Sandra y yo nos hemos situado en dos literas que están muy próximas por lo que escojemos las literas de abajo. Nos hemos colocado demasiado cerca del lavabo con lo que, sobretodo de noche, es un contínuo ir y venir de gente que nos incomoda un poco.
Ponemos interés en llegar de los primeros ya que, así, podemos lavar a mano la ropa sucia mientras la gente va llegando al albergue, así como utilizar las duchas de los primeros.
Nos duchamos rápidamente y buscamos un sitio para comer.
Tras andar un poco por Estella, encontramos la Pizzería Roma en una de las comidas más divertidas de todo nuestro Camino, hemos ido Begoña, David, Alfred, Sandra y yo.
Los dueños de la Pizzería son unos personajes peculiares que, junto con las cervecitas, el vinito y los licores ha ayudado a la broma.
Alfred, Sandra, David y Begoña. |
Sandra, Begoña y yo con los dueños. |
Begoña, Sandra, Alfred y David en Estella. |
Después de comer hemos dado una vuelta por el pueblo, son fiestas, Alfred nos ha regalado un pañuelo típico navarro e incluso hemos estado a punto de entrar en la plaza de toros ya que había corrida.
-Grupo de amigos en Fiestas- |
Pañuelos típicos de Navarra. |
Hemos cenado sobre las 20.00 h, en la planta baja del Albergue, que es donde hay una mesa larga con unos bancos de madera para sentarse, ya que hemos andado mucho y estamos cansados. Nos vamos a dormir sobre las 21.30 h aproximadamente. Por la noche hemos escuchado, a lo lejos, alguna que otra bronca ya que parece que algún peregrino ha ido de fiesta y no ha respetado el silencio que suele haber en los albergues.